sábado, 9 de octubre de 2010

Amor.

"Como el Padre me amó, también yo os he amado: estad en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor."

Juan 15:9-10.

Muchas veces hemos oído hablar sobre el amor, es un tema que no deja a nadie indiferente porque es propio de la naturaleza humana. Todos amamos; amamos a nuestros amigos, amamos a los animales, a un deporte, a una persona, a un país, a una canción, a un libro.
Todos esos “amores” son muy buenos para el alma, nos ayudan a desarrollarnos y a crecer, pero el amor del que nos habla Cristo en el pasaje bíblico del comienzo es un amor que trasciende todo lo humano y material, es un amor que no tiene límites porque es eterno.
¿Han visto  la pasión, entrega y devoción con la que se tratan los novios? Debemos tomar ese sano amor como ejemplo para nuestras vidas, usar ese fuego para todos los aspectos de nuestra existencia, porque el amor no se limita o resume a una relación de pareja –Que es una de sus muchas muestras- el amor es, en una sola palabra: DARSE. Darse con dirección y sentido, ya que de lo contrario estaríamos perdiendo el tiempo actuando en empresas que no valen la pena, o hablándole a las paredes. Debemos darnos en muchos aspectos de la vida y en esa acción está intrínsecamente el amor de Cristo, se encuentra latente y vivo.

Amar es servir, pensar en los demás es sentir ese fuego que se encuentra en cada una de las acciones que se hacen por y para amar. Mirar a nuestro alrededor, reconocer los males que afectan a nuestra sociedad y actuar para hacerles frente, luchar por cada una de las injusticias, pero hacerlo con un amor íntimo y ardiente, que tu llama encienda tantas otras que compartirán este sentimiento tan potente. Luchar con amor es distinto a luchar con violencia y odio; abres el diálogo y las mentes de los demás. Si estamos en el amor de Cristo y nos sabemos amados por Él, podremos hacer de sus manos las nuestras y de su voz una con la de nosotros, con eso dialogar y defender la vida.

¡Ama y comparte!  Da todo tu amor a quién lo necesite y lo pida, porque es Dios quién lo pide a través de esa persona. No dejes que la semilla se pierda, tú tienes dones que el Señor te ha dado para que puedas amar mejor. Aprovéchalos y ponlos en servicio a los demás, ya que “Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama: lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz” Lucas 8, 16-18. Amar es compartir, es darlo todo como Jesús lo dio clavado en aquellos palos cruzados: la expresión máxima de amor…sacrificio.  ¿No te da cosa al leer esa palabra? Sí, es fuerte decir “sacrificarse por los demás”  -aunque sabemos que no nos vamos a morir por hacerlo, no vamos a tapar una bala con nuestro cuerpo como en las películas- Quizás te da “cosa” leer ésta palabra porque significa una serie de compromisos para ti,  entregar tiempo, ganas, trabajo, lealtad, sueño, constancia, esfuerzo y un largo etcétera de “requisitos” que vienen con la palabra SACRIFICIO. ¿Pero has pensado lo hermoso que es hacerlo y lo gratificante que es? Créeme que vale la pena hacerlo y hay muchas maneras: voluntariado, misiones, vida consagrada, educación, salud, matrimonio, acción social, intelectual, deportiva y muchas más que dependen de tu creatividad. Para amar hay que disponer de todas las herramientas necesarias y una vez con éstas lanzarse a la aventura del sacrificio, del alegre sacrificio.

Platón dice "El amor consiste en sentir que el ser sagrado late dentro del ser querido."  Debemos reconocer que es Dios quien nos pide amar a los demás y respondiendo a ese llamado actuar con pasión, pero no con una pasión que nos ciegue y nos haga “amar por amar”. Dios se encuentra en cada una de las acciones que se hacen por amor; y aquellas acciones deben ser las que ponemos en práctica desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, cuidar que todo siempre lo hagamos por amor, con una sonrisa en la cara y sin esperar ninguna recompensa a cambio. Porque la recompensa nos espera en la Casa de Dios, no en la tierra de los hombres.
Pidamos siempre a nuestro Padre Dios actuar con amor.

Un abrazo en Cristo, gracias por leer.

2 comentarios:

  1. Muy bueno, muy honesto y muy claro, no en sentido de comprension, sino mas bien de claridad espiritual, un mensaje bastante bello, que a muchas personas les hace falta leer diría yo
    Saludos!

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  2. Amén Jarry, hay que recordar que Dios es amor, y que la razón por la cual Él nos colocó en este mundo con libre albedrío es precisamente porque nos ama, porque no quiere obligarnos a tomar el sendero sino que nosotros mismos aprendamos a diferenciar una vida honesta y buena (en el sentido de amor al prójimo) de una vida llena de comodidades e indiferencia con el mundo. No necesariamente debemos morir de hambre para decir que estamos con Él, sino (como muy brillantemente expresaste) "sacrificar" algo valioso (como nuestro tiempo) para ayudar a los demás. Este es un mundo hermoso y muy grande, pero con muchas personas con necesidades, hay muchas riquezas, pero mal distribuidas y está de nuestra parte el llevar a cabo una mejor y mayor equidad en el mundo, llevando a los menos afortunados una nueva sonrisa cada día, una nueva razón para vivir envueltos en el manto de Amor y Protección del Señor.
    Después de todo, debemos aportar nuestra ayuda al mundo, sea pequeña o no (nuestro "grano de arena"), para así evitar que por nosotros haya una lágrima más en el océano de la tristeza.

    ¡Dios te bendiga, Jarry, y te mantenga con salud!
    Cuídate =)

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